28.9.10

Magdalena vieja.

Magdalena, dulce vieja,
¿Aún quedan niños jugando
en tus veredas? ¿Aún quedan;
al pie del acantilado;
esas florecitas lilas,
aquellos amantes tiernos
que en tu niebla se escondían
para confundirse a besos?

¿Qué fue de esas señoronas
que en sus puertas criticaban,
entre muchas otras cosas,
las faldas de mi muchacha?

¿Y qué de aquel solitario
que cada tarde bajaba
hasta el borde de la playa
con un cigarro en la mano
para rezarle al ocaso?

Se arrodillaba y temblaba
¿Recuerdas? ¡se parecía
tanto a tus calles!... a mi alma.

14.9.10

12 haikus

Por pi.


XII
En lo profundo
tiembla como una estrella
nuestro cielo hondo.

XI
Entre las hojas
marchitas de aquel libro
pena un jazmin

X
No soy mas que una
bocanada flotando
sobre el abismo.

IX
El segundo es
el humo que levantas
con tus palabras

VIII
El primer verso
es un ángel ardiendo
en su silencio.

VII
Escribir haikus:
predicar el aroma
de los jazmines

VI
Cada que pasas
mis demonios se sientan
y dan la pata.

V
Bajo esta colcha
retozan los escombros
de un par de arcángeles.

IV
Guardo en tres versos
el aroma que encuentro
en tu recuerdo.

III
La vista fija
en el cielo, y la tierra
sobre la espalda

II
Tengo en el pecho
una casita azul
donde quererte.

I
Es tu sonrisa
la autora intelectual
de mi suicidio.

13.9.10

El primer verso
es un ángel ardiendo
en su silencio.