24.4.10

Repente cuentagota.

En Terroja llueve, miro al cielo, veo una gota luchando contra la gravedad.  !Con que maña se aferra a las barbas de la nube¡. No es vértigo ni temor al golpe final. Es Amor a su recién adquirida individualidad. Hasta ahora fue siempre parte, pedacito, componente; pero ahora ella sola y nada más basta para ser una. 
!Todita una¡.
La gravedad vencerá lo sabemos. Yo solo rezo para que al caer la gota y reventarse contra el suelo, cuando perdida ya su hermosa individualidad se vuelvan sus moléculas parte de un charco más, su alma tenaz renazca en el cuerpo de una paloma. No, no, ¡Mejor de un gavilán!

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