La tristeza se hizo hombre
y ocupó aquella banca
donde al llegar la tarde
de las flores te burlabas.
El hombre prendió un cigarro
y recitó con voz rancia:
"La chiquilla que tú esperas
se ha enfermado de distancia
ni tus dedos ni tu aroma
nada de eso ya la alcanza,
regurgita tus memorias
saborea sus palabras,
el viento apesta a amnesia
el tiempo todo desgracia
aprovecha bien las horas
en que aun puedes recordarla."
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